Después de haber escrito de toda la ciencia y arte del mundo del gaining y todo lo que implica me han dado ganas de hablar de cosas un tanto más personales; Todos tenemos nuestra propia historia, y la verdad no creo que la mía
sea una sumamente inspiradora, pero finalmente creo que merece ser
contada. Además que algunos me han hecho un par de preguntas que, aún
que no me molesta, no quisiera volver a responder una y otra, y otra
vez...
¡Tranquilos, no voy a contar la historia de toda mi vida!, oh... esperen.... ¡quizás lo haga!. Espero les agrade saber un poco más de mi.
¡Tranquilos, no voy a contar la historia de toda mi vida!, oh... esperen.... ¡quizás lo haga!. Espero les agrade saber un poco más de mi.
Mi atracción hacia la gordura se remonta a mi infancia, la primera vez en que puedo recordar ocurrió cuando tenía al rededor de unos 6 años; una de mis actividades favoritas era jugar en el patio de la casa y entre mis juegos favoritos estaba el crear historias y pensar que estaba representando el papel principal. Básicamente mis juegos e historias eran de lo más común; aventuras en mundos fantásticos dónde yo era el héroe y salvaba el día, pero de cuando en cuando mis historias daban un vuelco algo retorcido y concluían en hacer que el héroe se sacrificara por su causa (¡rescaté desde damiselas, hasta importantes mandatarios, desactivé bombas, salve pueblos!, era un precio pequeño a pagar) y por alguna extraña razón dicho sacrificio siempre consistía en mi entregándome a una fuerza superior, quien a cambio de tenerme cautivo haría un pacto para liberar a todos los involucrados y desaparecer para siempre, ¿una trampa?... ¡así es!. Una vez en manos de las fuerzas del mal la aventura continuaba, ¿que clase de villanos son los que cumplen sus promesas? Así que mi nueva misión era la de escapar, pero el estar en territorio enemigo no me daba la ventaja, y es ahí donde las cosas se vuelven gainer; para evitar que escapára y asegurarse de poder hacer sus fechorías en el mundo aquella fuerza maligna superior (bruja, hechicero, científico loco, espía el gobierno...) de alguna manera me engordaba instantáneamente, si... me engordaba más y más, hasta que finalmente el héroe se rendía y simplemente se dedicaba a ser un gordo holgazán, como diciendo "si no puedes vencerlos, úneteles" terminaba disfrutando de la vida ignorando todo lo demás, hundido en un mundo lejos de todos y de todo. Sacar la panza, rellenar la ropa con almohadas... eran parte de mi juego cotidiano. De ser honesto no tengo pista alguna de donde pude haber sacado semejantes ideas, pero lo cierto es que eran mis finales favoritos, en esa época yo era realmente delgado, incluso más de lo que se suponía que fuera, quizás mis juegos eran una forma de sentirme como los demás, o simplemente eran parte de mi pasión aún en latencia.
El tiempo pasó entre juegos y nuevas responsabilidades con la escuela, al entrar a la primaria engorde un poco (salir de casa significa descubrir golosinas y comida chatarra, además de que el poco dinero que me daban lo gastaba en comer), debido a que anteriormente fui bajo de peso, todos en casa acogieron muy bien la idea de que engordara un poquito, pero ese "poquito" pronto se salió de control a la vista de mis familiares, a tan temprana edad ya enfrentaba problemas con esas confrontaciones por parte de familiares "¡estás muy gordo, ponte a hacer algo flojo!", siempre me provocaban enfado dichos comentarios. Después de todo a mi me agradaba como era y aquello no era suficiente para hacerme desistir en mis juegos inocentes, y ahora como complemento podía también usar la ropa ajustada que habia empezado a dejar atrás, simplemente me ponía en el espejo y la sumía e inflaba, simplemente me pasaba el tiempo admirándola. Aún recuerdo como exploraba mi cuerpo; sostenía mi barriga (no había crecido mucho, pero ahora la tenía y eso era emocionante considerando que antes más bien era cóncava) frente al espejo y la admiraba, me sentía grande y fuerte, realmente no comprendía por que los demás veían tan mal el ser gordo. Así mis juegos continuaron, y de cuando en cuando también los comentarios, mismos que nunca fueron en demasía agresivos realmente.
Para cuando cumplí 9 años ya era un niño bastante "llenito" había crecido, naturalmente, lo que hacía que no me apreciara tan gordo, esos comentarios que de vez en cuando salían ya habían cesado, aún que claro, a esa edad más que insistir es probable que tus padres cambien tu dieta y tus actividades en lugar de seguir las confrontaciones, o al menos eso sospecho que hicieron. Algunos eventos importantes marcaron esta etapa: por problemas totalmente ajenos a mí fui transferido a otra escuela, a primera instancia acepte el cambió muy emocionado, pero pronto me di cuenta de que simplemente no encajaba con mis nuevos compañeros, de hecho, pronto sentí que simplemente no encajaba en ese lugar. Muy a pesar de mi buena actitud en un principio, termine convirtiéndome en un niño solitario y aislado (más sensible de lo normal si me lo preguntan), solo hablaba vagamente con uno o dos de mis compañeros y se puede decir que no participaba en nada, mis recreos consistían en sentarme en algún lugar tranquilo a observar el mundo a mi alrededor en silencio, y por supuesto a comer, mismo caso para todas las horas de descanso y esparcimiento. Mi cambio de hábitos, como puedes suponer, condicionó que comenzara a aumentar de peso, cosa que no me molestaba en lo absoluto, al menos hasta que mis compañeros o familiares hacían alguno de sus comentarios incómodos (la verdad no puedo recordar si es que no eran del todo frecuentes o simplemente no los tomaba en cuenta). Poco tiempo después, en un pequeño incidente andando bicicleta, me fisuré la tibia derecha, así que permanecí poco más de un mes con una férula y en reposo, ¿el resultado?, así es, finalmente me volví un gordo, ya había pasado esa apariencia en la cual la gente solo dice que estas "llenito". Tras poco más de mes y medio, como cualquier niño, sané rápido y mi vida continuó de la manera habitual con algo más de visitas al espejo, sin saber exactamente que significaban.
Lo que puedo considerar como mi primer pensamiento gainer ocurrió cuando recién estaba en la secundaria, las cosas pintaban mucho mejor; aún que seguía estando gordito había en mi nueva escuela muchos alumnos, mucho más gordos que yo, y ese estirón de la adolescencia me estaba ayudando a verme más proporcionado (así que se acabaron los cometarios rudos). Desde el primer momento decidí comenzar con el pie derecho y no relegarme; pronto me hice popular, era como "el amigo de todos", si bien no era al que invitaban a todos lados, si era con el que todos se juntaban para reírse un rato y pasar el tiempo, me volví adicto a los videojuegos y las computadoras, una de las actividades que cambiaría mi vida para siempre. Vallamos por partes, hablaba de mi primer pensamiento gainer: un día mientras me encontraba en un puesto de tacos al que frecuentemente iba con mi familia pasó cerca de nosotros lo que se convertiría para mi en una especie de epifanía; un hombre obeso, inmenso y delicioso con una inmensa barriga que se balanceaba y temblaba mientras caminaba por la avenida, aún lo recuerdo; su pantalón ajustado hacía que se formaran unos pequeños y sensuales pliegues al rededor, y su playera blanca dejaba salir un poco de su basta barriga mientras caminaba. Simplemente me pareció irresistible, aún recuerdo que tuve problemas para levantarme e irme, pues luego de ver como se movía y temblaba su barriga al bajar los escalones de la plaza tuve un erección increíblemente descontrolada, por demás era ya frecuente que tuviera erecciones sin razón alguna en ese entonces, hecho que me daba curiosidad porque hasta el momento simplemente no sabía que las desencadenaba, no obstante ese día me quedo claro, ver a ese gordo era el motivo... Mientras disimulaba para irme pensaba "¿cómo estar como él?, pues comiendo... ¿no?". La verdad es que fuera de ese pensamiento no hubo más reacciones, pero sin duda se trataba de la apertura a un mundo nuevo, y yo ni siquiera lo imaginaba.
A veces me pongo a pensar ¿que sería de mi si no hubiera existido la web en ese momento?, quizás sea algo con lo que tuvieron que lidiar generaciones anteriores de feeders y gainers e imagino que las cosas eran un tanto más complicadas sin ella, pues recuerdo como a través del internet encontré tras mi encuentro con la gordura en aquella ocasión, un lugar en el cual inciar mi búsqueda al respecto, ¡ah con que grata sorpresa me encontré! no era el único, no estaba solo. Como todos, este fue el momento de dudas y de cuestionarme a mi mismo, pero toda mi sexualidad salio de a poco, jamás tuve algo de que arrepentirme y esos pequeños momentos de culpa simplemente se desvanecieron con el tiempo. Mi encuentro con la web no hizo más que despertar más curiosidad por este recién descubierto deseo, mis primeras experiencias consistieron simplemente en ver y admirar fotos de gordos, dando como resultado mi primera masturbación. Posteriormente sitios como gordoshow, gainer web y belly builders marcarón un hito en el desarrollo de mi sexualidad, ahora tenía ese concepto; feeders, gainers, fodies, feedees... ahora tenía sentido de pertenencia.
Ya en la preparatoria me había vuelto más activo y social en el universo gainer, con algunos contactos añadidos en mi messenger y navegando entre los sitios gainer podía descargar esa tensión sexual y emocional, pues en este punto es más que obvio que por doquier me vendían los típicos cánones de belleza en los que se repudia a la obesidad, la confusión y la culpa llegaban a estar a la orden del día. Felizmente con algo de introspección y ayuda de mis contactos más cercanos pude decidirme y saber que era lo que realmente quería con el tiempo y muy a pesar de las influencias del mundo "normal", algunos de esos contactos los conservo hasta el día de hoy. Finalmente y gracias a esto me decidí a engordar por mi cuenta, ¿por qué?, porque quería experimentar en carne propia, quería saber si lo que sentía no era más que una fantasía excitante, o de verdad quería hacerlo parte de mi vida, y probar a hacerlo era, a mi parecer, la única forma de averiguarlo. Mi vida trascurrió normal en cuanto a lo demás, me transferí a otra preparatoria, en ambas siempre fui muy sociable y me rodeaba de amistades, pero siempre con la expectativa de ser gainer, puedo decir sin temor a equivocarme que ha sido la época que mejor he aprovechado al respecto; me dedicaba a comer cuanto podía en donde pudiera, siempre consiguiendo refrigerios de todo tipo, sin que afectará mis actividades claro está, por su puesto noté que al engordar mi deseo también crecía, el medirme y compartir mi progreso no hacía más que convencerme de que hacía lo que más me gustaba. Durante este periodo pase de pesar 75kg a 112kg, por fin podía decirlo sin dudas; ¡amaba esto, amaba ser gordo y amaba haber engordado!. Así pues, era un sujeto orgulloso de su gordura, y aún con ganas de más.
Previo a entrar a la universidad había tenido problemas al decidirme, aún que la crisis vocacional estuvo presente unos meses, finalmente me decidí a estudiar medicina, sin embargo a pesar de haber superado ese obstáculo sentía que algo hacía falta en mi vida. El universo gainer siempre fue mi apoyo, pero todos mis contactos eran lejanos y nunca había visto a nadie fuera de la red, comenzaba a sentir esa soledad, esa necesidad de estar con alguien. Entre una nueva ola de dudas me decidí a simplemente seguir conservando el peso que había ganado ya que entre otras cosas el momento de salir de casa hacia más complicado el seguir engordando. Sobra que les diga que está fase fue de los más estrepitosos momentos de mi vida: sexo, drogas, tórridos romances y toda una nueva vida social me dejaron en 92kg, sin embargo poco me importaba al concentrarme en otros aspectos importantes; por fin fui capaz de decir públicamente que soy gay, por primera vez tuve una relación sentimental con un hombre, y por primera vez supe que estaba en lo cierto y que no debía arrepentirme, muchos piensan que ese año en el que viví alocadamente solo perdí el tiempo, yo pienso que fue una de las etapas más cruciales en mi vida. Luego de ese lapso de desmesura me decidí a ser más centrado, pues este nuevo estilo de vida no se llevaba con el gaining y mucho menos con la escuela.
Las posibilidades parecían infinitas, me había cambiado a una nueva ciudad en la cual empecé a estudiar medicina. Recién había entrado a la universidad decidí regresar a engordar, pero lo encontré imposible, las circunstancias simplemente no me favorecían; horarios sumamente inaccesibles, constante trabajo físico, horas interminables de estudio, severos problemas económicos, falta de sueño.... y la lista sigue y sigue. Decidí tras mucho pensarlo no esforzarme más y regresar a ello cuando me fuera posible, evitar frustraciones y simplemente disfrutar la vida, y ¿por qué no? engordar a alguien más, a partir de ese momento me declare feeder. Mi nueva actitud feeder me llevó a conocer a muchas personas nuevas, finalmente tuve la oportunidad de tener contacto verdadero con muchos miembros de la comunidad, lo que simplemente reforzó mi convicción ya existente, pero a pesar de ella quería algo más que placer sexual. A los 24 años comencé lo que sería una larga relación que por primera vez haría que me apartara del universo gainer, pero a pesar de todo siempre seguí con mi deseo interno y al no compartirlo con mi pareja pronto llegue a un punto crítico, nuestra relación terminó de manera un tanto violenta, pero me dejó como lección el no ocultar ante mi pareja sentimental el universo gainer, es más, desde ese momento me decidí a que tenía que pertenecer a la comunidad desde un principio para considerarlo. Para este entonces me encontraba yo pesando 79kg y aún con lo más difícil de mi carrera por delante; el internado lo pasé en un hospital militar, cero gordura, cero indisciplina. Desde el punto de vista gainer uno de los momentos más desesperantes de mi vida, tras un año terminó y hoy me encuentro aquí; libre, aún con camino por recorrer, pero confiado y decidido, sin culpas y sin remordimientos, sentimientos de los cuales nació este espacio al final de cuentas. Hoy con mis 25 años y 80kg puedo decir que mi momento de despegar apenas comienza. Quizás, en un momento no muy lejano, vuelva a las andadas, me gusta pensar que cuando sea posible lo disfrutaré más que nunca, sin prisas, sin pena, y con algo de suerte, con la persona indicada a mi lado ayudándome.
Como ves mi historia no habla precisamente de sacrificios y graves problemas, a pesar de estar en este universo me considero una persona normal en muchos sentidos, y si, es verdad, diferente en muchos otros. Lo importante es decidirte, siempre hacer las cosas por ti y para ti, no arrepentirte y seguir adelante.
¿Tu historia se parece?, ¿quieres saber algo más? Recuerda que compartir nuestras vivencias nos ayuda a aprender, a ser mas humanos, a ser mas gainers.
¿Tu historia se parece?, ¿quieres saber algo más? Recuerda que compartir nuestras vivencias nos ayuda a aprender, a ser mas humanos, a ser mas gainers.